La comunicación con los animales espirituales nos permite acoger las influencias positivas que nos brindan y, así, fortalecernos. Hay un sinfín de oportunidades para unirse a la energía del espíritu animal. A veces basta con encontrarnos una pluma en la playa o ver huellas de patas en una ruta de senderismo para que escuchemos al animal que nos llama. Observar los mensajes de nuestros animales espirituales nos ayuda a descubrir las respuestas de muchas de nuestras preguntas más complejas.
Además de notar cómo y cuándo nos saludan los animales espirituales y qué significa su presencia, también podemos intentar establecer contacto con ellos. Hemos de contar en que las imágenes que aparecen se están invocando desde nuestro inconsciente. Es en este espacio liminal donde podemos prestar atención a los mensajes sutiles y descubrir verdades sobre nosotros mismos que suelen ocultarse a la consciencia.