En una época de transición, Wagner era un hombre en tránsito: "Wagner perteneció a dos épocas", escribe el experto en Wagner, Otto Antonia Graf. Su obra muestra con exactitud y con una gran cantidad de proyectos y construcciones el punto desde el que, partiendo de la arquitectura estática precedente, surgió la nueva dinámica de nuestro tiempo. Wagner poseía una gran intuición para captar los objetivos y el desarrollo de su tiempo y experimentó sin descanso con las formas, con la intención de cambiarlas y mejorarlas. Sólo así se explica el hecho de que su desarrollo arquitectónico transcurriera, en apariencia, tan fácilmente, de forma tan natural y comprensible, y que su obra consiguiera revelar los nexos internos entre el historicismo, el Art. nouveau o modernismo y la escuela moderna. Esta diversidad muestra también la personalidad de Wagner. Él era realista y al mismo tiempo visionario, arquitecto y con frecuencia constructora de obras, profesor e incluso autor de publicaciones normativas sobre arquitectura y arte.