Después de leer Los otros siempre tienen la razón, el primer libro de Natalia Maya Ochoa (Medellín, 1972), quedé en profundo silencio. Pero mi silencio no fue de incomodidad, sino más bien de fascinación por haber leído en una sola noche (sábado, para acabar de ajustar) los nueve cuentos que lo conforman y que están ambientados en una Medellín difícil y delirante, una Medellín que por más se quiera olvidar se atraviesa en la mente como una canción que suena una y otra vez, como la melancólica Walk on the Wild Side de Lou Reed y que de paso le da título a uno de ellos.
A través de una prosa ágil e historias aparentemente triviales, Natalia no sólo retrata las taras de la sociedad antioqueña (que también podrían ser las de otra sociedad, solo que aquí son llevadas al extremo), sino que también nos pone frente a un espejo para exorcizar los demonios que a diario nos persiguen.
Periodista de formación, aunque nunca ejerció la profesión, Natalia es además de escritora, editora. Magister en Hermenéutica Literaria de la Universidad EAFIT (Medellín) y Máster en Edición de Textos Santillana de la Universidad de Salamanca (España), trabajó en la Editorial Universidad de Antioquia, fue editora del Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente y varios cuentos suyos han sido publicados en las revistas Bacánika, El Malpensante y Odradek, el cuento.
En 2017 participó en la antología de cuentos colombianos Puñalada trapera, realizada por Juan F. Hincapié para Rey Naranjo Editores y este año, después de retomar algunos cuentos que había guardado en un cajón, publica con la misma editorial, en la Colección Índice que dirige Camilo Jiménez Estrada, este libro de título sugerente e historias sinceras.