Magia, Memoria, Color reúne 110 obras realizadas por el pintor desde 1992, son el resultado de un trabajo intensivo de investigación interior, de retomar sus propias raíces culturales y de crear un diálogo cultural con su formación académica y su vida adulta, asegura el artista."Toda esa fuerza que empiezo a retomar de cuando era niño y que había dejado congelada ahí en el tiempo, cuando yo me vuelvo pintor, la retomo", agregó.
"Siento que estoy corriendo entre lo atávico y Occidente", expresó, al relacionar su legado con la niñez, cuando "corría del fogón de la abuela a la puerta de la escuela". Por eso recomienda que sus obras no deben ser solo vistas, sino "palpadas, olfateadas y percibidas".
Esas memorias y recuerdos de la infancia han quedado plasmadas en cuadros abstractos, con influencias de pintores tan diversos como Miguel Ángel, Francisco de Goya o Leonardo da Vinci; así como latinoamericanos, entre ellos, Rufino Tamayo y Roberto Matta.
En Magia, Memoria, Color hay historias de seres sobrenaturales autóctonos del Putumayo, ánimas, presencias espirituales envueltas en temáticas como el dolor y el luto, retratadas en cuadros de gran tamaño con trazos desgarradores, colores vivos y mucha luz.