Fuera del cuerpo sólo hay desesperación. Después de asistir al derrumbamiento de su mundo de afectos y certezas, Ana se juega una última carta de la mano de una desconocida. La protagonista se pregunta si ha sido feliz alguna vez. Quizá eso sea todo: por unas cuantas horas de dicha, muchas de memoria y olvido. Para Piedad Bonnett «lo prosaico es susceptible de ser poetizado en la medida en que sepamos leer sus señales, toda la secreta corriente de vida y muerte que podemos descifrar en la calle, en la conversación trivial, en las sábanas que se destienden». Eso es Después de todo. Esta, su primera novela, es un privilegio para sus lectores.