Muchas veces al comenzar estas prácticas el enemigo secreto, por medio del intelecto, produce fermento mental, agitación, nerviosidad en todos los fondos del alma. Se recrudecen las antiguas dudas y se presentan, ante la mente, los fantasmas de las enfermedades, de la pobreza, del fracaso y se sentirá al borde de una desesperación general.