El libro es una compilación de poemas tomados de cinco poemarios distintos. Como lo sospecharán por el título, la mayoría de poemas tocan la idea del amor y del desamor, de los destiempos, de la constante espera. Muchos de ellos están escritos en segunda persona, usando un tú que nos vuelve el amante a quien van dirigidos los versos. No sé si explicarme de esta manera, pero creo que la autora escribe poemas marítimos, poemas que nos traen el sonido del mar y el rumor de las gaviotas y esto, para alguien como yo- que ha nacido y crecido en las montañas- es muy emotivo; nunca había sentido tan cerca un paisaje que me es tan extraño. Y es en ese paisaje en el que el lenguaje de la espera, del amor, de la esperanza, se crea y crece poema tras poema. Mejor dicho, estos son poemas absolutamente dedicables y conmovedores. Poemas para los amores que se fueron y para los que no queremos que se acaben.
Tengo que hacer una mención especial a los últimos poemas (inéditos, pero pertenecientes a un libro que se llamará La social-poesía) que cambian de tono totalmente y que son la cereza del pastel. Plantean reflexiones muy fuertes acerca de la migración, la violencia y la prostitución, y nos hacen enfrentar el panorama actual del desplazamiento por la guerra en Siria.
La edición está ilustrada por Nicolás Paris y, mientras las hojas son de un color crema, los cortes exteriores están entintados en azul, lo que hace que el acabado sea totalmente atractivo