CÁRDENAS DELGADO, OLIMPO / RIVERA HUERTAS, GIOVANNI
Después del entierro de Guillermo, doña Tulia, su esposa, se encerró en su cuarto y partió todos los trofeos de la "Garza Passos". De qué habían servido tantos esfuerzos y tantas luchas, se preguntaba.
Guillermo, que en ese entonces se desempeñaba como profesor, de verdad era un hombre solidario.
En Puerto Wilches, municipio ribereño de Santander, todo el mundo lo conocía y lo quería, especialmente la gente humilde que cuidaba como a su familia.