Traducido por primera vez al español, este libro de Pedro Abelardo aborda la crítica de los conceptos universales asumidos como realidades ontológicas. El filósofo medieval propone la comprensión del universal como sermo, esto es, significación derivada de la intelección como operación anímica fundada en un status, estado de cosas o situación fáctica que al coincidir con otras situaciones similares, permite la formación de una imagen universal. De esta manera logra salvar la legitimidad significativa del universal sin conferirle una realidad ontológica.