La autora nos presenta un tránsito desde la mística de la sensación, el asombro en medio de un silencio que se expresa insinuado, transmutado, transfigurado, en eso que sólo el místico alcanza. Aquí el Otro va más allá de juegos del lenguaje, pues la poeta lo ve, lo percibe e intuye. Aquí su revelación.