Con un título tomado de Rubén Bonifaz Nuño, Tigre la sed, esta antología presenta a los poetas mexicanos que surgieron en la segunda mitad del siglo xx. En ella, el lector encontrará múltiples voces y distintas estéticas, y advertirá una dualidad: desde sus orígenes hasta nuestros días, la poesía mexicana se ha debatido, de una manera conciente y casi obsesiva, entre lo activo y lo pasivo, entre la continuidad y el cambio. Este doble camino muchas veces ha significado una distancia reflexiva frente a las formas del pasado y las novedades del presente, y una reserva crítica que constantemente se toma el pulso, creando en un trance de vigilancia una ilusión de quietud. Pero la poesía mexicana en sus mejores momentos y precisamente por su carácter bicéfalo ha tomado lo que más le conviene en un gesto resuelto y antropófago, y ha creado obras extrañas, rigurosas y en un silencioso pero implacable movimiento. Quizá por esta razón el verso de Xavier Villaurrutia Vámonos inmóviles de viaje define muy bien esta rara sincronización de la tradición y la modernidad, esta diversión de la poesía del siglo xx.