Triste y sensible, amado por todos a causa de la belleza de su rostro y la pureza de sus pensamiento, murio muy joven, y fue su muerte solitaria y terrible. Le dieron sepultura junto con malhechores y asesinos, cuyo destino había compartido por propia voluntad; murió maldito de los hombres, y nadie puso una cruz sobre su tumba desconocida.
Sascha Yegulev es una de las más bellas novelas de la literatura rusa y la de mayor aliento de su autor, Leonid Andriev.
Obra maestra sobre el alma humana, la fuerza inexorable del destino y la inmensa tragedia que acecha y ensombrece la vida de los seres más nobles.