Pocos años antes de su muerte, el propio William Faulkner recomendaba
esta novela como aquella por la que debía empezar quien se acercara por
primera vez a su obra. «He concebido la historia entera como un
relámpago que iluminase de golpe un paisaje», declaró. La publicación de
Sartoris en 1929 supuso que por fin viera la luz el mítico condado de
Yoknapatawpha, escenario de muchos de sus relatos y novelas posteriores.
En Sartoris, Faulkner disecciona una clase social en decadencia a partir
de una familia heredera de las tradiciones aristocráticas del Sur, a la
que le queda únicamente la retórica romántica, el orgullo y la
autocompasión para enfrentarse a un mundo en el que ya no encuentra su
sitio.