Fanzine traduce algo así como revista de fanáticos, por lo que se asocia a autopublicaciones que aplican métodos que faciliten su producción y circulación. El término se comenzó a utilizar en los años 40 en Estados Unidos para diferenciar las publicaciones amateur de las profesionales ¿Pero con qué criterios se define esta división? Se suele aludir a la calidad, el volumen del tiraje, el reconocimiento del autor o el interés general sobre la temática. Las publicaciones que no se rigen por estos estándares se han vinculado al fanzine, símbolo y herramienta de la contracultura.
Aunque sus orígenes están en las revistas independientes, décadas de experimentación han derivado en una multiplicidad de formas
que han vuelto imposible definir cómo luce un fanzine; puede ser desde un poemario en hojas sueltas en una bolsa de papel, hasta una historieta de solo dos ejemplares. Se suma a esta diversidad el nacimiento de los fanzines en video: videozine y los publicados en internet: ezine. Al final el punto de encuentro es el de publicar sin importar los modelos dominantes del momento o las dificultades de producción, publicar así sea a contracorriente.