(...) Supe que era niña y no niño en la playa. Llevaba traje de baño entero y mis hermanos iban corriendo al mar con sus pechos desnudos. Los viajes familiares venían con instrucciones de comportamiento público, si yo tenía ganas de hacer pipí mientras estaba en la calle con mi familia, tenía que esperar hasta llegar a un baño o ponerme en cuclillas detrás de la puerta del carro mientras alguien vigilaba que no hubiese ningún mirón. (...)