Es considerado uno de los poetas hispanoamericanos más importantes, por su poesía épica de tono grandilocuente, sonora y llena de colorido.
Su obra se inspira mayormente en los temas, los paisajes y la gente de su país y de América en general. Su creación literaria obtuvo en el Perú un reconocimiento nunca antes visto; llegó a ser el literato más popular después de Ricardo Palma, aunque su ascendiente en los círculos literarios peruanos fue disminuyendo paulatinamente, en beneficio de otro grande de la poesía peruana, César Vallejo. No obstante, Chocano sigue siendo recordado por la mayoría de los peruanos como
un gran poeta; algunos de sus composiciones como «Blasón», «Los caballos de los conquistadores» y «¡Quién sabe!
», son clásicos de las recitaciones hasta la actualidad.
En 1934 fue asesinado en un tranvía que recorría la ciudad de Santiago por un esquizofrénico chileno que afirmaba haberse asociado con el poeta en la búsqueda de tesoros ocultos, pero al verse marginado de los supuestos beneficios de la empresa, optó por vengarse de esa manera. En realidad, Chocano no halló ningún tesoro. Fue sepultado en Santiago. Treinta años después, en 1965, sus restos fueron trasladados a Lima.