El estudio de las pasiones suele ser más propio de la literatura que de la historia.
Aunque pueda reconocerse que son las pasiones las que mueven a los hombres y las mujeres, la disciplina de Clío tradicionalmente ha privilegiado la razón y las estructuras. Sólo muy recientemente se ha cambiado la mala imagen de las pasiones y, al menos, en la disciplina histórica, se las considera una clave para comprender los valores sociales y culturales de toda sociedad. Las pasiones, las emociones y los sentimientos son construcciones culturales, reguladas y controladas por las leyes y las costumbres. Pero también conviene decir que otra gran novedad historiográfica es el interés por el estudio de las emociones como experiencias, como vivencias. El título del libro Pasiones sangrientas obedece, principalmente, a los crímenes pasionales que se estudian en su primera parte.