OTERO, PABLO / OTERO RODRÍGUEZ, PABLO
Poético, enigmático, reflexivo, a veces trascendental... "Parece una hormiga" es un conjunto de textos ilustrados, o de ilustraciones que devinieron en ideas, palabras,frases encadenadas que crecen en intensidad y riqueza a cada página. En su nueva obra como escritor y artista, Pablo Otero se recrea en verbalizar pensamientos, airear los rincones olvidados del subconsciente, sin reparo -desde la libertad y el desafío- a llamar cosas a las cosas. El autor y tú en la confianza de una mesa compartida en un café o en la cercanía de un paseo junto al río, que es tanto como decir en la intimidad del papel. Porque este libro quiere ir contigo, en tu cartera o en tu bolsillo, respirar el aire que respiras, ir al ritmo de tus pasos, mimetizarse con tu piel.
Quien aquí se expresa es un adulto que no ha dejado de ser niño: sus interrogantes guardan el eco de la inocencia, la rotundidad de las grandes verdades, el poso de habitar el mundo con la mirada curiosa y crítica, consciente e ingenua, madura y pícara. Sin artificios literarios pero fruto de un minucioso trabajo de escrita, revisión y reelaboración, esta lectura te transporta a una esencia que abarca lo remoto y lo recóndito. Es una invitación a leer, releer y volver a leer saboreando las letras, tocando lo intangible, escuchando el silencio y sorprendiéndose con sus destellos retóricos.
En una sociedad saturada de información (y donde muchos se pasan de listos), esta obra es un elogio del placer de saber que no se sabe nada, una oda a lo extraño y lo incomprensible, un foco iluminando las preguntas que nadie se pregunta. Parece una hormiga pero es un juego léxico que cuestiona la lógica establecida; un museo en miniatura de cuadros abstractos que difuminan los lindes entre figuración e imaginación. Y de tan singular y único en su forma y en su fondo, se ha convertido en el primer título de la nueva colección Rizomas.
Parece una hormiga pero es un hormiguero que atesora emociones e historias imperfectas, bonitas y raras a la vez. Dales de comer a escondidas... y volarán.