INVOCACIÓN
Palabra,
Palabra antigua que palpita en las semillas,
barro tibio
en las manos del alfarero de la sangre.
¡Despierta!
Despierta en las callejuelas de mi garganta,
dirige el paso de los caballos de mi canto.
Palabra,
Palabra antigua,
toca el tambor con que arrullas a la tierra
dejando huellas de sombra en las praderas,
esquirlas de día en las cañadas.
Despierta en mí
para que cante
la estrofa que resuena desde siempre:
cada sílaba nube piedra planta,
sin fin de la vida sin principio,
ronda del estar siempre ahí, siempre pasando,
susurro circular en el que entramos y salimos
dejando apenas una leve honda de aire.
*
Tanto silencio
buscándote en el mundo
¡El poema será!
*
Estuve al borde del poema.
Con esta urgencia de vida
casi digo
quise por fin ver la luna
de la que sólo he leído
en las antiguas mitologías
casi escribo
La luna, ante la que todo hombre calla,
revelándose
en el alto cielo oscuro.
Estuve al borde del poema.
Casi canto, casi veo.