¿Cómo es posible que Wodehouse, genio del humor británico, se convirtiera en un apestado en Inglaterra? ¿O que el poeta Bergamín, madrileño de raíces malagueñas, cerrase filas con la causa abertzale durante los años de plomo? ¿Que Vicente Blasco Ibáñez, después de convertirse en el escritor español más exitoso de la historia, solo consiguiera reconciliarse con su patria estando fuera de ella? ¿O que, en medio de su auge como novelista, Edith Wharton emprendiera una suerte de exilio doméstico?
Vidas a la intemperie, no siempre ejemplares, de cuatro escritores que siempre se sintieron fuera de lugar, como teselas que no encajaran en un mosaico, y que se encomendaron la tarea de convivir con el extraño que habitaba en su interior.