Piensa Carranza que el poeta debe ser como una especie de catalizador de su época, del hombre de su época, en todos sus sentidos ligados al corazón humano. Porqué a la inteligencia parnasiana opone los sentimientos del corazón, la Hondura de la emoción. Y a la frialdad verbal y la lógica opone una tercera dimensión de profundidad y una cuarta dimensión de profundidad y una cuarta dimensión de misterio.