Bruselas, 25 de diciembre de 1914. En plena Primera Guerra Mundial se decreta un alto el fuego. Un oasis de paz que durará solo un día. El día de Navidad.
Tras abandonar las armas, los combatientes de ambos bandos salen de las trincheras y comparten recuerdos y chocolate y, finalmente, juegan un partido de fútbol. Y es que, muchas veces, lo más extraordinario te atrapa ¡donde menos te lo esperas!