El carácter popular del tango amerita detención, pues ni tan llano y prosaico como otras músicas populares, ni tan literario y poético como una pieza clásica. Pero literario y poético, por aquí empieza Valencia, por advertir que las letras de tango han comportado una dignidad para la historia de la literatura, empezando por la inclusión que del tango en sus obras han hecho escritores, no solo argentinos, pasando por empeños académicos de diversa procedencia, hasta llegar a la serie de estudios cuyos autores no han requerido más credenciales que las del fervor tanguero.
Con todo lo ido, el tango sigue, y en el cuerpo de este libro rezuma un intento de comprender el porqué de la permanencia del tango en los días que corren, habida cuenta de que sus grandes letristas se consolidaron hacia 1930. En esta obra se presta especial atención al aporte de las letras de tango al desciframiento de la condición humana, otra manera de decir que su autor persigue la línea en que los logros del tango y los fines de la literatura coinciden: apostar a la cifra del espíritu.