«Nuestro tiempo es paradójico y apasionante, y de él podemos decir lo
que Osear Wilde decía de ciertos doctores: lo saben todo pero es lo
único que saben. El periodismo no nos ha vuelto informados sino
noveleros; la propia dinámica de su labor ha hecho que las cosas sólo
nos interesen por su novedad: si no ocurrieron ayer sino anteayer ya no
tienen la misma importancia.