Una carta a la hija que nace, y nacen con ella los miedos y el peligro, y una carta a los hijos que no llegan a nacer, y su ausencia que nos acompaña.
Una carta a la hija que nace, y nacen con ella los miedos y el peligro, y una carta a los hijos que no llegan a nacer, y su ausencia que nos acompaña. Lo cuenta Almudena Vidorreta: «Verás en cuanto salgas / adentro de la selva por mi herida / que conviene entrenarse en fortaleza, / león, marmota, avión
y caramelo». Y nos advierte que la selva es el mundo, y que el cuerpo se transforma, se quiebra y fortalece, recoge las huellas de lo que ha sucedido, nos las muestra.