"Regida siempre por las mismas obsesiones -el cuerpo y el deseo, la noche y el sueño, la selva y la lluvia, entre otras- la poesía de Antonio Correa nos abisma a un mundo de misterio, rico en señales oscuras, donde pueden llegar a coexistir lo bello y lo siniestro. Pensada ante todo como interrogación existencial, su obra calla y revela a un mismo tiempo, suscitando en el lector emociones que nacen de la honda percepción de la extrañeza del mundo, de sus milagros y sus incertidumbres."
Piedad Bonnett