Con el más apasionado rigor, Immanuel Kant analiza en esta obra temas políticos e históricos, como la unión de naciones y la idea de progreso. El pensamiento político de Kant y sus meditaciones sobre la historia equivocadamente se consideraron reflexiones: de última hora sin mayor relación con su obra crítica central; sin embargo, si algo caracteriza al filósofo es su preocupación por el mundo, que hasta ahora se nos presenta envuelto en atmósfera política. En este tenor, dice Kant en uno de los cinco ensayos que integran este volumen: "Es tan cómodo no estar emancipado. Tengo a mi disposición un libro que me presta su inteligencia, un cura de almas que me ofrece su conciencia, un médico que me prescribe las dietas, etcétera, así que no necesito pensar: ya habrá otros que tomen a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea".
La traducción y el prólogo de Eugenio Imaz enriquecen esta obra, en la que la autonomía de la ley rescata para el hombre el centro de la creación.