La ardilla Evergreen le tiene miedo a casi todo: a los truenos, a los halcones y a los oscuros senderos del Bosque de los Espinos Pero cuando su madre le encarga llevarle una sopa mágica a su abuelita Oak, que está enferma de gripe, la ardillita debe enfrentarse a sus miedos y emprender el viaje, con cuidado de no derramar ni una gota, ya que la abuelita Oak necesitará hasta la última gota para curarse