La duda es la vacilación del espÃritu entre el sà y el no Es el inclinarse a un lado y a otro, adelante y
atrás, sin encontrar el equilibrio Es hallarse entre la afirmación y la negación La duda te hace
tambalear, como a un navegante en mar agitado La duda es compañera nuestra de todos los dÃas,
de todas las decisiones que tomamos en la vida Al considerar que el sentido último de nuestra vida
es una responsabilidad personal que cada uno debe enfrentar y asumir, surgen las dudas acerca de
la decisión definitiva que se ha de tomar ¿bastarán las ciencias naturales y humanas para
indicarme el recto camino? ¿Podrán ellas mostrarme el destino definitivo de mi vida? ¿Será la
filosofÃa, con sus múltiples búsquedas de la sabidurÃa, la más indicada para hacerlo? ¿Y las
religiones, que siempre han pretendido ser la respuesta a los interrogantes más profundos del ser
humano, podrán orientarme en esta navegación? ¿Cuál será la religión que más corresponde a la
realidad?