imada y mandona, además de guapa, lista y rica, Emma es la gran soberana de su pequeño mundo provinciano en la campaña inglesa de principios del siglo XIX. Hija soltera del distinguido señor Woodhouse, uno de los miembros más notables de las comunidad, Emma se siente liberada, gracias a su fortuna, de la prosaica necesidad de contraer matrimonio, y así puede ejercer su soberanía en el territorio que mas la apasiona: las relaciones amorosas, y consagrarse a hacer de casamentera para arreglar la vida de los demás.