Oskar Matzerath, uno de los personajes literarios más entrañables de
nuestro tiempo, es un niño que se resiste a crecer porque la sociedad
pequeñoburguesa del nazismo no le gusta. También es un malévolo enano
que destroza cristales; un ser vulnerable, enamorado siempre de alguna
mujer a la que idealiza; un superdotado obsesionado por el sexo; un ser
de pestañas negras y bellas manos y un repulsivo jorobado; un asesino
por encima de cualquier moralidad que no vacila en eliminar a quien lo
molesta pero consigue crear con su tambor una música arrebatadora.
Publicada en 1959, la novela cosechó un éxito inmediato e inauguró la
nueva literatura alemana. Medio siglo después, la fascinación que
despierta no ha terminado. Lo que antes parecía provocador, pornográfico
o blasfemo resulta casi anecdótico, pero quedan el soberbio estilo, la
genialidad, la lucidez de su crítica cruel y la irrefrenable
imaginación. Oskar Matzerath sigue redoblando y su redoble continúa
estremeciendo.