Sara Harb, cineasta colombo-libanesa, vuelve a incursionar en el mundo de la literatura. Influenciada por sus viajes, la necesidad profunda de narrar, contar historias y dejar un poco o mucho de sí misma, sus cuentos navegan entre la satisfacción y el desasociego, la cotidianidad y la fantasía, los aconteceres naturales y los que parecen sacarnos de la propia realidad. Siempre hay un suceso, una sorpresa, un pie junto a un risco que se desmorona. Con un lenguaje propio del Caribe colombiano, su territorio, Harb nos lleva de la mano por anhelos, deseos y frustraciones de los personajes, por los lugares que habitan o recorren, para luego dejarnos en medio de una cuerda floja que vibra. Pareciera que siempre quedamos con las manos vacías, nos queda faltando algo, quizás sea una explicación. Final abierto que cada quién debe buscar en el interior de sí mismo.