Chen soñaba con ser pintor. Cuando los padres de Chen no pueden permitirse el lujo de comprarle pinceles, no deja que eso interfiera con sus sueños de convertirse en pintor. Un encuentro inesperado con un anciano sabio transforma la vida de Chen cuando le da un pincel que da vida a todo lo que dibuja. Chen no sucumbe a la codicia, sino que ayuda a los menos afortunados. Este cuento popular chino enseña sobre generosidad, honestidad y determinación. Hermosas obras de arte complementan esta humilde historia.