Con El hombre de cristal finaliza la Trilogia de Santa Fe, el ciclo de novelas que Carlos Bernatek iniciara con La noche litoral y prosiguiera con Jardin primitivo. Independientes como unidades narrativas, los textos estan vertebrados centralmente por la voz coloquial que los atraviesa y unifica. El lugar -una ciudad de Santa Fe real y parodica a la vez- excede la condicion de marco y deviene protagonista, condicionando, como los antiguos Hados, la historia de Ovidio Balan, actor principal de las dos iniciales, que en El hombre de cristal cede esa centralidad a un peculiar Jota, en muchos aspectos su contracara, con quien establece el vinculo de un espejo invertido. Los hechos de ese presente continuo discurren sin evitar la evocacion del pasado, causa difusa y persistente de lo que sucede, donde lo veridico se superpone a la ficcion. Bajo esas claves abiertas la novela se dispara hacia un desenlace de oscuro sarcasmo.