«Quería contar solo la vida de dos mujeres, y para hacerlo era necesario que filtrara la historia en el trasfondo de sus existencias, las cosas que de un modo u otro tenían que ver con ellas. Me gustaría que el relato ayudase a contemplar, en términos narrativos, un pedazo de la historia de Italia», Elena Ferrante.
Lina y Elena son ahora adultas y han tomado caminos distintos: Elena dejó Nápoles para casarse y convertirse en una escritora de éxito en Florencia. Solo un amor de juventud que vuelve a florecer la devolverá a Nápoles, donde la espera Lina, que ahora es madre y además ha triunfado muy a su manera en el negocio local. Elena es la señora culta, Lina es, en apariencia, la mujer de barrio: ignorante y poco dispuesta al refinamiento, pero la inteligencia pura y la intuición están del lado de Lina.