Si a la poesía se le pide proximidad y calidez, profundidad y emoción, autenticidad y reflexión, Frank Báez nos la trae a manos llenas con este libro conmovido y conmovedor, en el que recurre nuevamente a la ironía y al escepticismo para compartir sus recuerdos de infancia y adolescencia (sus poemas Mi Pequeño Pony, Clases de filosofía y Darío se podrían incluir dentro de lo mejor de su obra), con la frescura, la claridad y el desparpajo que lo caracterizan.