La posición de auctoritas despliega una faceta sociológica en la medida que, en el ámbito de la comunidad, la cualidad de auctoritas es apreciable y reconocida por todos, resultando perceptible, patente e incuestionable su existencia, mimetizándose en una perfecta simbiosis social. En suma, la auctoritas cuenta con una naturaleza dialéctica, pues a partir de un proceso intelectual podemos llegar, mediante el significado de la palabra, a una realidad trascendental.