El capitán Calabrote había sido el más terrible y temible de los piratas en su época. Sin embargo ahora vive solo en una isla desierta, recordando sus grandes hazañas y preocupado exclusivamente de su tesoro. Su gran afición consiste en desenterrar su tesoro y enterrarlo otra vez en un sitio distinto para dibujar un nuevo mapa. Un día llega a su isla otro pirata. Calabrote lo observa a escondidas desde lejos y, mientras el nuevo pirata descansa, él desentierra su tesoro. Cuando está listo para enfrentarse a su rival, descubre que tiene ante él otra especie de tesoro, uno mucha más valioso, el de la amistad. El Capitán Calabrote comprende entonces lo solo que había estado viviendo en su isla