Desde Simón Bolívar hasta nuestros días, muchos hombres han probado las mieles y las hieles del poder que solo pueden experimentar quienes lleguen al mando de una nación tan convulsionada y sembrada de tropiezos como Colombia. No pocos de los intrincados y singlares episodios protagonizados por decenas de dichos mandatarios, ataviados con insignias, trajes de paño, corbatas, distintas artimañas y variedad de penas, son los mismos que ocupan las páginas de este libro, que evidencia una gran verdad: nuestros gobernantes no han sido más que hombres difícilmente alcanzaron a ser presidentes, y presidentes que fácilmente alcanzaron a ser hombres.