Comenzar a contar una historia, dice Amos Oz, es como intentar conquistar en un restaurante a una persona totalmente desconocida. El inicio de un relato funciona como un contrato en el que el autor nos hace promesas que a la larga tal vez no cumplirá, o cumpliriá de manera inesperada. Muchas veces, de esas primeras líneas depende si se cierra el trato y el lector prosigue hasta el final, o bien abandona la lectura. En su análisis de los fragmentos con que abren algunas novelas y relatos breves de Gógol, Kafka, Chéjov, Carver o García Márquez, Oz instituye, guía y entretiene, y explora con pasión, gracejo y moroso deleite la importancia de esas primeras palabras con que nos invitan a los libros sus autores. Nació en Jerusalén en 1939. Premio Israel de Literatura 1998, es uno de los más prestigiosos escritores israelíes de nuestro tiempo y también un reconocido intelectual comprometido con el proceso de paz en Oriente Medio. Recibió el Premio France Culture y el Premio de los Libreros Alemanes por su publicación "Una historia de amor y oscuridad"