Aunque nunca cosechó el mismo éxito que con la novela, Miguel de Cervantes hablaba del teatro como su gran vocación. Prueba de su afición por el género es el estilo narrativo de Don Quijote de la Mancha, rico en diálogos y en situaciones entremesiles. Y es el entremés, junto con la comedia, uno de los géneros predilectos del autor. Sin embargo, el teatro de Cervantes ha sido, sin razón, poco apreciado. Ello se debe, posiblemente, al poco éxito que cosechó en su momento. Pero con el tiempo se le ha concedido a su producción teatral el valor que merece. La profundidad de sus personajes, así como el ingenio que tanto caracteriza al escritor, elevan sus comedias y entremeses al nivel de las mejores obras teatrales del siglo XVI.