Vivir es una función espontánea. En sentido estricto, no debería hacer falta aprender a vivir. Sin embargo, el ser humano es un organismo inteligente, que puede elegir distintos modos de vida. Aprender a vivir significaría entonces «aprender a vivir bien», lo que claramente implica que también se puede vivir mal.
Este es el propósito de la presente obra. Un libro de psicología emergente, de pedagogía optimista, científico y práctico, que estudia la formación de la personalidad, y que se opone a una visión trágica de la educación. Ofrece un gran modelo educativo, poético y sensato. Los padres solos no pueden educar, ni tampoco la escuela. Nunca Io ha hecho. Siempre ha sido la sociedad la que ha educado a través de ellos.