La narrativa de Eduardo Arias Suarez (Armenia, 1897 - 1958) participa de un momento interesante en la evolución del cuento colombiano durante la primera mitad del siglo XX. Alejado de la tradición costumbrista y desdeñoso del localismo Arias Suarez es en su época el narrador más importante del Gran Caldas. La crítica valoró su labor como cuentista consagrado y definió en líneas generales el universo de su narrativa. Entre 1930 y 1950 su nombre resultaba en el reducido grupo de los narradores colombianos con una obra continua y consistente. Con cerca de 30 años de dedicación ininterrumpida al género, el autor contribuyo a la consolidación del cuento nacional y después vio como la transformación del mismo seguía rutas que él no podría transitar. El humor, el absurdo y la locura son sus temas predilectos.